Cuando más nos aferramos, cuando más insistimos en algo no se nos da, con el amor pasa lo mismo, mientras más insistimos en tenerlo no lo logramos, lo mejor del amor es que precisamente llega cuando dejas de preocuparte por ello.
Con la madurez, llegamos a comprender que la felicidad no está en tener lo que se quiere sino en querer lo que ya poseemos. En vez de invertir tanta energía en un amor no correspondido, buscamos cuidar y amar a quien nos corresponde con su amor.
A veces es necesario pasar esta amargura de un amor imposible, porque algo debemos aprender de esta experiencia, que nos permitirá estar preparados para recibir un amor verdadero o a nuestra alma gemela
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