Todos tenemos mínimo un ex. A menos que seamos nuestros padres, que se desvirgaron con la persona con la que siguen casados, y todo asumiendo que en el medio no se cagaron entre ellos.
Nuestros ex siempre son todo un tema. Son nuestro pasado, nuestro presente y también nuestro futuro.
No por nada llevan la letra X, la de la ecuación a resolver. La que hay que despejar para dar paso a la siguiente operación y llegar al resultado final.
Está el ex al que se lo extraña porque era buen pibe, pero no nos enamoramos de él, está el ex de los papelones, está el ex de los bloopers sexuales, el ex que se acordaba de los aniversarios, el cursi, el que te dejaba plantada, y así las cosas.
Porque para las mujeres, no es necesario que un ex haya sido un novio. TODO califica como ex. El que te boludeó por msn y nunca pasó nada, un chape violento en un reservado, con el que saliste 2 o 3 veces y por supuesto con los que saliste lo considerable para que califiquen como tal.
Para que sea ex, tiene que tener algo memorable. O un apodo loco, o una anécdota que siempre tus amigas te piden que cuentes, pero generalmente son por cosas graciosas o cosas malas. A los buenos se los recuerda para compararlo con los malos.
Acá no estamos hablando de los ex que te rompen el corazón y te lo dejan como un Kinder Sorpresa que uno aplasta para abrir el huevito.
A esos hay que exorcizarlos de manera profesional. Siempre se hacen presentes de formas inesperadas.
Es cuando le decís a tus amigas “Ay, basta que me hacés acordar a EL”.
EL, el sorete, el hijo de mil putas, el que te cagó la vida y te deja tecleando hasta que te reponés y todo pasa.
Por algo muchos nombres de hombre terminan con EL. Ezequiel, Manuel, Leonel. Para que tengamos que sufrir en loop.
Y a esos se los exorciza con dolor. Se los exorciza a Carilina limpio. Con música. A lo macho. Bueno, a lo hembra.
Se los llora, se los putea, se los recuerda con desgarro, se les dedican orgasmos a medio terminar, charlas interminables con amigas, se los cuartodeheladea constantemente, se los mutila del recuerdo con chocolate y milangas napolitanas con fritas.
Ningún recurso es desechable. Todos son válidos, todos sirven en las distintas etapas del exorcismo.
Porque pretender olvidarse de un ex, especialmente de EL ex es en vano. Todos sabemos que te va a acompañar siempre.
Podés estar pariendo a tu primer hijo y en algún momento vas a pensar en el. Eso no implica desamor por tu pareja actual y tampoco te detiene para enamorarte de otros.
Todo depende del lugar que ocupa. Si ocupa el lugar del pasado y del recuerdo, está todo controlado.
Ese EL ocupa todo nuestro odio, todo nuestro amor, todas nuestras preguntas, todas nuestras respuestas, todos nuestros chistes, todas nuestras palabras y todas nuestras canciones.
Pero finalmente todo eso se retira, se va, queda ese cuerpito que habla, escucha, siente, lee, escribe, facebookea y tuitea por ella misma.
Duele? seguro. Como la reconcha de la lora.
Pero todos los días nos lastimamos o nos duele algo. Y lo bueno del dolor es que se hace moretón violeta, se hace moretón amarillo y después se va dejándote la piel intacta.
El dolor cuando se va es un recordatorio de lo que no tenes que volver a hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario